[La profesora Lucila Hinojosa coordina el libro Educación, ciencia y cultura, que incluye cinco miradas instrospectivas a las comunidades universitarias en México. Por Marta Frechilla]
«La Universidad es donde se realizan
más investigaciones vinculando educación, ciencia y cultura, pero muy pocas se enfocan hacia sus propios públicos: las comunidades universitarias» |
La
editorial Comunicación Social ha presentado en el reciente Congreso de ALAIC (Asociación
Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación), celebrado en Montevideo, Uruguay, un nuevo título de su Colección Espacio Iberoamericano: Educación, ciencia y cultura. Miradas introspectivas a las comunidades universitarias en México. El libro
permite conocer más acerca de quiénes conviven cotidianamente en las
universidades mexicanas, concretamente en cinco de ellas. Este libro es una
aportación más para divulgar trabajos de investigadores mexicanos interesados
en temas de comunicación, en este caso centrados en el análisis de
problemáticas internas de las universidades y de quienes las viven: estudiantes,
docentes, investigadores y personal administrativo. La coordinadora del
trabajo, la profesora de la Universidad Autónoma de Nuevo León Lucila Hinojosa Córdova, nos presenta en esta entrevista este título ya disponible en eBook en www.librosdecomunicacion.com y en edición papel en www.comunicacionsocial.es.
-¿Qué se va a encontrar el lector de Educación,
ciencia y cultura. Miradas introspectivas a las comunidades universitarias en
México?
-Es una publicación que contiene cinco trabajos de profesores
investigadores de universidades públicas del país, cuya preocupación docente y
científica los ha llevado a la realización de investigaciones que emergen de su
práctica cotidiana en el ámbito universitario. Son
cinco miradas a sus comunidades universitarias respectivas.
-Los tres primeros se centran más en el uso de las nuevas tecnologías por parte de los jóvenes universitarios y también de los profesores mexicanos, así como en sus consumos culturales.
-Sí, en La huella de las tecnologías digitales en la vida cotidiana de
jóvenes universitarios,
Delia Crovi Druetta y Rocío López González, investigadoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
presentan, en un estudio realizado entre estudiantes de licenciatura, un primer acercamiento a
las prácticas juveniles cotidianas en torno al uso de las Tecnologías de Información
y Comunicación (TIC). En un segundo trabajo titulado Universidad y cultura: una
aproximación al consumo y prácticas culturales de la comunidad universitaria de
la UANL, Lucila Hinojosa Córdova, investigadora de la UANL, y Graciela
Ceballos de la Mora y Tania Yael Cortés Álvarez, estudiantes de comunicación de
la Universidad de Colima, presentan un resumen de los
principales hallazgos de un sondeo exploratorio para conocer los
hábitos de consumo y prácticas culturales de estudiantes, profesores e
investigadores y personal administrativo de la Universidad Autónoma de Nuevo
León: sus hábitos de lectura,
asistencia a bibliotecas y museos, conciertos de música y teatro, consumo de
cine, radio y televisión, etcétera. Blanca Chong López y Roberto
López Franco, profesores investigadores de la Universidad Autónoma de
Tamaulipas, Campus Torreón, son los autores de un tercer estudio sobre Apropiación y uso de las TIC de profesores y estudiantes universitarios. Con la investigación se busca disponer de información básica
sobre el empleo de las TIC en las labores de docencia, investigación y difusión
del conocimiento que se realizan en la Universidad Autónoma de Coahuila.
«El uso de la computadora y las nuevas
tecnologías está creando una subcultura
que rebasa las fronteras territoriales»
«El uso de la computadora y las nuevas
tecnologías está creando una subcultura
que rebasa las fronteras territoriales»
-¿Y los otros dos estudios?
En un cuarto trabajo titulado Cultura científica en profesores universitarios del sur de Tamaulipas,
realizado por los profesores investigadores Ennio Héctor Carro Pérez, Jorge
Nieto Malpica, Arturo Secundino Hernández Gómez y Jorge Carlos González
González, los autores buscan analizar y explicar las costumbres, actividad y
creencias de uno de los sectores poblacionales, en el sur de Tamaulipas,
encargados de la producción científic: los profesores e investigadores
universitarios. Plantean, a manera de hipótesis general, un modelo a través
del cual describen dos aproximaciones empíricas al estudio de variables asociadas a la cultura
científica de profesores e investigadores pertenecientes a una universidad
pública de la región estudiada. Finalmente, Óscar Eduardo
Torres García, profesor de la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de
Nuevo León, realizó un estudio, Didáctica de la apreciación a las
artes en la UANL: la experiencia docente en la formación de estudiantes
universitarios, para evaluar el impacto de la unidad de
aprendizaje de Apreciación a las Artes en el desarrollo creativo de los alumnos
regulares y del grupo de Talentos de nivel Licenciatura de la Universidad
Autónoma de Nuevo León.
-¿Cuál es la razón de ser de este libro? Como
sugiere en sus páginas, los cinco trabajos que lo integran son «una reflexión y
una invitación a desarrollar más investigación sobre nuestras universidades»...
-El libro está dirigido,
principalmente, a profesores e investigadores que busquen contribuir al
desarrollo de proyectos comunes en materia de educación, ciencia y cultura
entre instituciones de educación superior que compartan propósitos afines a los
que promueve esta edición; e impulsar la formación de redes estratégicas de
colaboración con universidades nacionales e internacionales que fomenten el
intercambio científico, tecnológico y cultural que beneficien a nuestras
propias comunidades y a la sociedad en general. Los principales espacios en
los que se realizan investigaciones vinculando la educación, la ciencia y la
cultura son las universidades, pero muy pocos se enfocan hacia sus propios
públicos, las comunidades universitarias, conformadas por estudiantes,
profesores e investigadores y personal administrativo que labora en estas
instituciones. Conocer más acerca de sus procesos académicos, de investigación,
de uso del tiempo libre, de sus modos de apropiación de la ciencia y la tecnología,
permitirá establecer diagnósticos que contribuyan a desarrollar programas de
atención y mejora en su trayectoria por la universidad, así como fomentar la
identidad institucional y promover su sentido de cohesión como comunidad. A ello invita esta edición.
«Estudios como éste nos permiten
contar con un diagnóstico
que apoye la toma de decisiones
de las autoridades universitarias
en el diseño de sus programas»
contar con un diagnóstico
que apoye la toma de decisiones
de las autoridades universitarias
en el diseño de sus programas»
-El libro es una especie de radiografía
de los estudiantes de varias universidades mexicanas. ¿Con qué se han
encontrado? ¿Cómo es la juventud mexicana o, al menos, la juventud mexicana
universitaria?
-La juventud mexicana universitaria es como la de
otras instituciones de educación superior del mundo, pero en particular de
Iberoamérica, por los lazos que nos unen en idioma, idiosincrasias, historias
de independencias y revoluciones, problemáticas educativas, políticas y
económicas similares. En este siglo XXI, donde la tecnología es la nueva
ideología, la juventud tiene también un nuevo motivo para el empoderamiento en
las TIC’s: el uso de la computadora, el teléfono móvil, el iPad, sus
aplicaciones, usos y apropiaciones, está creando una subcultura que rebasa las
fronteras territoriales y de la consciencia, generando movimientos sociales de
la que tenemos que conocer más los docentes e investigadores para articularlo y
aprovecharlo como herramienta de aprendizaje de nuestros alumnos en su proceso
educativo.
-¿Ha cambiado mucho la comunidad universitaria
mexicana en los últimos años?
Sí, en una generación ha cambiado, como han cambiado
las condiciones socio-históricas y estructurales de los recintos
universitarios, el hábitat donde conviven estudiantes, docentes, investigadores
y personal administrativo, más allá de las condiciones de infraestructura,
equipamiento y recurso humano. También, las transformaciones de los procesos educativos,
enfocados ahora a un aprendizaje más autónomo del estudiante, y la tecnología
que está permeando los procesos comunicativos de interacción entre estos
actores, y los necesarios procesos académicos y administrativos que conlleva la
administración de las universidades. Conocer más acerca de estos procesos
internos nos permitirá contar con un diagnóstico que apoye a la toma de
decisiones de las autoridades universitarias en el diseño de sus programas y
proyectos.
-Tomando las aportaciones del libro como punto de
partida, ¿qué proponen usted y los participantes en el libro para mejorar la
investigación en las universidades de México?
-Siempre faltarán recursos para la investigación,
sean públicas o privadas las universidades. Sin embargo, consideramos más
puntual la formación de investigadores jóvenes, atentos a los avances de la
ciencia, tecnología e innovación, despertando en ellos las vocaciones
científicas desde los primeros ciclos en la universidad. En esto desempeñamos
un rol fundamental los docentes investigadores, que si difundimos lo que
hacemos entre nuestros propios estudiantes, éstos tendrán una perspectiva de
hacia dónde orientar sus propias vocaciones científicas y dar continuidad a las
líneas de investigación que ya se desarrollan. El ejemplo sigue siendo una de
las mejores estrategias de aprendizaje significativo.
«Es indiscutible la importancia de la
Red RIEC; comparto sus objetivos
y espero que mi universidad se
integre pronto en esta reconocida
red de investigadores»
Red RIEC; comparto sus objetivos
y espero que mi universidad se
integre pronto en esta reconocida
red de investigadores»
-En el libro hablan de la propuesta de estrategias
para promover una gestión inteligente de la educación, la ciencia y la cultura,
y para aumentar la participación y el intercambio de experiencias entre
universidades. ¿Cuáles son esas estrategias que proponen?
-Compartir
propuestas como ésta en foros y espacios
comunes, donde a través de la reflexión y generación del conocimiento e
investigación aplicada podamos hacer
visible la necesidad de hacer investigación hacia el interior de nuestras
universidades, e invitar a otras
instituciones educativas a establecer redes de investigación presenciales y
virtuales que nos permitan estrechar los lazos de colaboración y cooperación
con los que ya contamos. Ya existen intercambios entre universidades, pero generalmente
se enfocan a problemas relacionados con proyectos de investigación básica y
aplicada, y no muchos al análisis de problemáticas internas de los propios
recintos universitarios.
-También comenta en sus páginas que «las aportaciones
del libro suponen una vía de reflexión sobre la necesaria construcción de un
espacio iberoamericano común para el desarrollo de las ciencias y, en concreto,
de las ciencias de comunicación». ¿Los diferentes países han investigado en
comunicación unos a espaldas de otros? ¿Hace falta una interconexión entre las
diferentes universidades?
-Como comentaba anteriormente, ya existen espacios
internacionales como los congresos de ALAIC, IBERCOM, ULEPICC, entre otros,
donde los investigadores dialogamos y reflexionamos en torno a las ciencias de
la comunicación desde hace tiempo, y en donde compartimos productos académicos
que generamos como resultado de los proyectos de investigación en que
trabajamos, pero enfocados al análisis de problemáticas relacionadas con las
ciencias de la comunicación. Este libro es una aportación más para divulgar
trabajos de investigadores mexicanos interesados en temas de comunicación,
pero enfocados al análisis de problemáticas internas que permitan conocer más
acerca de quienes convivimos cotidianamente: estudiantes, docentes,
investigadores y personal administrativo. En particular, éste último ha sido muy
olvidado por los estudios incluso de comunicación organizacional. Se hacen de
empresas, organizaciones e instituciones públicas y privadas, pero a escala
interna, si se realizan, no se conocen y menos se divulgan.
-En este sentido, ¿qué le parecen redes de
cooperación interuniversitaria para la investigación en comunicación como la Red RIEC?
-Conociendo los propósitos de esta iniciativa, hay que destacar su indiscutible importancia para la integración y cooperación interuniversitaria
en la investigación de la comunicación, a la que habremos de integrarnos otras
universidades públicas, como las que colaboramos en este libro. Comparto sus
objetivos y espero pronto integrarnos como universidad a esta reconocida red de
investigadores.
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