El
codirector del diario Talcual destaca el optimismo del autor ante «los
excepcionales aportes» de las nuevas tecnologías a la comunicación
Antonio Pasquali firma un ejemplar de La Comunicación Mundo. |
En
1946, el código dígito binario, ya vislumbrado en el siglo XIX, vio la luz en
Pensilvania bajo la forma de una enorme máquina computadora e inauguró una
nueva era de comunicación (binaria-digital, algorítmica y onmidenotativa). Es
uno de los puntos de partida del capítulo Los códigos, del investigador
de la comunicación Antonio Pasquali, y el arranque de su último libro, La Comunicación Mundo. A lo largo de los nueve capítulos que lo componen, el
autor venezolano reflexiona acerca de cómo la red internet ha modificado en
profundidad los comercios humanos, los métodos educativos y la política: la
propia relacionalidad humana en su conjunto.
La
obra publicada por Comunicación Social Ediciones fue presentada en Caracas en
la librería El Buscón el pasado 23 de febrero, con gran asistencia de público y
una más que calurosa acogida por parte de la crítica. De hecho, el filósofo y
codirector del diario caraqueño TalCual Fernando Rodríguez, encargado de
presentar el libro, destacó tanto «la invitación a una relectura del mundo
partiendo de conceptos y categorías comunicacionales», como el fundamentado
optimismo del autor ante «los excepcionales aportes» de las nuevas tecnologías
y la comunicación basadas en un nuevo código, el dígito binario, que ha
expandido sobremanera la humana capacidad de producir, conservar y comunicar
saberes y obras del espíritu, democratizando dichos procesos.
El libro está disponible en edición tradicional y en eBook en www.comunicacionsocial.es |
Nelson
Rivera destaca, en una reciente
reseña sobre La Comunicación Mundo publicada en el periódico El
Nacional de Venezuela, que, en sus 176 páginas, el lector se encontrará con
un «pensador en estado de goce. Que paladea cada palabra. Que plasma cada frase
a sus textos como quien añade un ingrediente a un plato primoroso (me han
contado que Pasquali tiene una parte de su alma en el paladar). Y que elabora
(cocina) una escritura abierta a muchas facultades simultáneas: capaz de portar
marcos de pensamiento (Pasquali parte de la filosofía: su travesía se refiere a
asuntos que debaten la condición del hombre), pero a un mismo tiempo (insisto:
la simultaneidad es su signo autoral), dispuesta a cargarse de datos, de
fenómenos».
Con
lo que Rivera define como un «pensamiento en curso, en desasosiego», proyectado
a lo que todavía está por venir, Pasquali analiza, siempre en clave
comunicacional, aspectos tales como la ciudad tomada como espacio humano
esencial, la educación en la era electrónica o la libertad de expresión.
Además, las reflexiones de este «gran maestro venezolano, de este pensador de
trayectorias incalculables» suponen un sustrato de trabajo para otros, ya que,
añade Rivera, «ofrece una masa de datos y reflexiones desde la que otros
investigadores y ensayistas podrían despegar hacia nuevos objetivos de
investigación».
Porque, concluye el artículo de El Nacional
(http://www.el-nacional.com), «La Comunicación Mundo es un muy cohesionado estudio de la potencia del hombre
contemporáneo. Su vocación, su espíritu, mira hacia adelante. Ajeno a cualquier
atajo, Pasquali asume la ardua tarea de conectar los hechos con visiones e
ideas de larga proyección. En el topógrafo también coinciden el filósofo, el
sociólogo, el estudioso de la historia, el perseguidor de data, el individuo
con los ojos abiertos al mundo, el irónico que rechaza la comodidad de una
variopinta gama de pensamientos».
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