[La profesora y experta en Comunicación para la Salud Carmen
Costa publica La comunicación en el hospital, incluida en la colección 'Periodística' de Comunicación
Social Ediciones. Por Marta Frechilla]
«El libro intenta abordar de manera
global las distintas necesidades comunicativas que puede tener el hospital» |
En Estados Unidos, la Comunicación para la Salud (Health Communication) ha alcanzado un desarrollo notable. Sin embargo en España está todavía en «pañales». Muchas veces las instituciones sanitarias cuidan la comunicación externa, pero se olvidan de la comunicación interna y de la comunicación con el paciente. La periodista, profesora e investigadora en Comunicación para la Salud Carmen Costa ha escrito un libro que ofrece «una perspectiva global» de cómo debe ser la comunicación en el ámbito sanitario. La comunicación en el hospital, publicado por Comunicación Social Ediciones, no se circunscribe sólo a las instituciones hospitalarias, sino que su «filosofía de fondo» es aplicable a otros centros sanitarios, como centros de salud y residencias. La obra está disponible tanto en edición tradicional en la página web http://www.comunicacionsocial.es como en eBook en http://www.librosdecomunicacion.com/.
-¿Qué le llevó a escribir este libro? ¿Faltaba un manual de
gestión de la comunicación en el ámbito sanitario?
-A medida que me iba introduciendo en el ámbito de la comunicación
para la salud, me fui dando cuenta de que faltaba un libro de base que se
centrara en una institución tan importante en la sociedad como es el hospital.
A partir de ahí, me pareció necesario estudiar estos temas, que habían
empezando a abordarse desde el ámbito médico, pero faltaba la perspectiva desde
el ámbito de la comunicación.
-¿A quién va dirigido el libro: exclusivamente a
responsables de comunicación de centros hospitalarios o también a personal
sanitario y responsables hospitalarios?
-Es un libro de comunicación corporativa u organizacional y,
por tanto, de interés para todas aquellas personas, profesionales e
investigadores, dedicados a la comunicación corporativa.
En segundo lugar es un libro destinado a gestores de instituciones hospitalarias e instituciones sanitarias, para concienciarles de la importancia que tiene la comunicación en su institución.
En tercer lugar puede permitir al profesional sanitario reconocer ese papel tan importante que tiene como interlocutor con el usuario y mejorar, en la medida de lo posible, esa relación interpersonal que mantiene con él en el día a día.
En segundo lugar es un libro destinado a gestores de instituciones hospitalarias e instituciones sanitarias, para concienciarles de la importancia que tiene la comunicación en su institución.
En tercer lugar puede permitir al profesional sanitario reconocer ese papel tan importante que tiene como interlocutor con el usuario y mejorar, en la medida de lo posible, esa relación interpersonal que mantiene con él en el día a día.
-El libro habla no sólo de comunicación externa y con los
medios de comunicación, sino también de comunicación interna en el hospital y
comunicación con el paciente.
-El libro intenta abordar de manera global las distintas
necesidades comunicativas que puede tener el hospital. Da una perspectiva
global de la comunicación, por lo tanto no limitada con los medios de la
comunicación, sino más amplia. Y, efectivamente, el hospital como organización
tiene tres vertientes de comunicación, que son las que desarrolla el libro:
-La comunicación externa, con los públicos externos, que no
tienen por qué ser sólo los medios de comunicación, sino también otras
instituciones, asociaciones de pacientes, asociaciones de ciudadanos...
-La comunicación hacia dentro, hacia los públicos internos
del hospital, que incluye a empleados, colaboradores, etcétera.
-La comunicación intermedia, con los usuarios efectivos del
hospital, aquellos que cruzan sus puertas porque necesitan de sus servicios.
«Queda por delante un importante
camino de
concienciación de la
importancia que tiene la
comunicación en el hospital»
-¿Se cuida realmente la comunicación en los hospitales?
-Hacer un diagnóstico macro, general, es complicado. Yo creo
que se ha empezado a trabajar en esta línea. Hay más manuales de comunicación,
más cursos de comunicación para profesionales sanitarios, lo que da idea de que
se está trabajando en este sentido. Pero probablemente aún queda por delante un
importante camino de concienciación de la importancia que tiene la comunicación
en el hospital, para conseguir tener una buena relación con sus públicos: con
los internos, con los externos y con sus usuarios.
-¿Qué diferencia la comunicación hospitalaria de la
comunicación de otro tipo de organizaciones? De primeras, supongo, habrá que
ser más meticuloso y cuidadoso por el tipo de información con la que se
trabaja, un material sensible.
-La comunicación que realiza el hospital puede revertir muy
positivamente en la sociedad. Un hospital puede divulgar información sanitaria,
información que trabaje por mejorar la salud de la sociedad. Ya es una misión
que, de por sí, tiene una gran importancia, un gran calado social. La
comunicación con el paciente, con el usuario, debe ser especialmente sensible,
responsable, porque se trabaja con una materia prima que es muy delicada como
es la salud de esas personas. En ese sentido, tiene que trabajarse mucho la
formación de los profesionales sanitarios. Es necesario que en los planes de
estudio de las carreras médico-sanitarias se incluya alguna asignatura o
contenido relacionado con la comunicación. Porque aunque de manera natural un
profesional de la salud puede ser un mejor o peor comunicador, en un trabajo
en el que va a necesitar la comunicación en el día a día debería estar
especialmente entrenado y sensibilizado.
-Entonces, ¿no se incluye en este momento ninguna asignatura
de comunicación en los planes de estudio de las carreras médico-sanitarias?
-En unos sí y en otros no, digamos que de una manera
irregular. En algunas facultades aparece como una asignatura optativa, lo que
significa que no todos la van a cursar o que no se les exige esta asignatura de
manera obligatoria.
«Faltaba un libro de base que se centrara en la comunicación para la salud en una institución tan importante en la sociedad como el hospital» |
-Explíquenos la idea que aparece en el libro de que «el
hospital que se comunica es un hospital feliz».
-Es un pequeño guiño a los manuales norteamericanos sobre
hombre que se hace a sí mismo. Hablo del hospital feliz como el hospital
satisfecho de la relación que establece con sus públicos. Para conseguir que el
hospital sea feliz, que sonría de puertas hacia fuera y de puertas hacia
dentro, debe conocer cuáles son las demandas comunicativas de los públicos
internos, externos y de los usuarios. El hospital feliz es una utopía, pero es
hacia donde se debería trabajar para constituir una institución más consciente
de en qué situación está y hacia dónde se dirige y de qué puede mejorar en su
relación con sus públicos para trasladarles esa felicidad también a ellos.
-También comenta en el libro que «como institución, el
hospital no ha logrado acercarse a los ciudadanos o no lo suficiente». Ahí
tenemos las listas de espera o los casos de mala praxis médica que han empañado
la imagen de los hospitales.
-Sí, el hospital sufre de vez en cuando ciertas noticias
negativas: listas de espera, casos de mala praxis, denuncias..., situaciones
que influyen negativamente en su imagen externa. El trabajo en comunicación
puede ayudar, en primer lugar, a mantener una relación continua con los medios
de comunicación, de forma que no seas noticia sólo cuando hay malas noticias, y
a que tengas una buena relación creada con los medios que te ayuden a dar a
conocer las cosas que pasan en el hospital. Y cuando surge algún caso de
crisis, a saber gestionarlo, para que incida lo menos negativamente posible en
su imagen externa.
-Sin embargo, se observa últimamente que son cada vez más
las informaciones positivas provenientes de los hospitales. Hace apenas unos meses, el caso de la niña nacida en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla
que salvó a su hermano que padecía un problema genético, o, hace unas semanas, las hermanas siamesas que fueron separadas con éxito en el Hospital de LaVall d’Hebrón de Barcelona.
-Probablemente están empezando a cambiar las cosas, porque
empiezan a invertirse esfuerzos en la creación de un gabinete de comunicación
que dé a conocer los hechos positivos que también se producen dentro del
hospital. Quizá el reto siga estando en comunicación interna e intermedia, en
comunicación con el usuario, porque tradicionalmente incorporan a profesionales
en gabinetes de comunicación para trabajar la comunicación externa. Pero eso no
vale, no es suficiente. Por tanto, el reto sigue estando en mejorar la
comunicación interna porque el hospital es una institución en la que trabajan
profesionales de perfiles muy distintos que hay que saber unir y dirigir hacia
una meta conjunta. Y luego también en comunicación con el usuario porque, al fin
y al cabo, son quienes ayudan a divulgar nuestra imagen interna y eso también
incide en tener una imagen externa positiva.
«Es necesario que en los planes de
estudio de las
carreras médico-sanitarias
se incluya alguna asignatura o contenido
relacionado
con la comunicación»
-¿El profesional del gabinete de comunicación necesita una
formación especial, no tanto para llevar la comunicación externa, sino para
tratar con el personal sanitario?
-Evidentemente, es un trabajo especializado, no es un
trabajo al que cualquiera pueda enfrentarse. Yo reivindico la formación en
comunicación, eso por una parte. Por otra, una especialización derivada de
otros cursos de posgrado a mayores que le permitan conocer cómo funciona y cómo
es una institución de estas características, cuáles son sus necesidades en
general, sus necesidades comunicativas... En definitiva, cualquier formación
relacionada con el ámbito sanitario que le permita conocer más en profundidad
esa institución en la que va a trabajar. Por otro lado, también es muy
importante que cuente con la confianza de la gerencia. El impulso de una
gerencia que quiere invertir esfuerzos en eso, eso es fundamental.
-Tres consejos básicos para una buena comunicación en el
hospital.
-Lo básico es tomar conciencia de que la comunicación es
importante, de que se necesita tener los suficientes recursos humanos y
materiales para dedicarse a ello; planificar, lo que implica hacer un análisis
de la situación en que nos encontramos y de cómo podemos mejorarla; ejecutar; y
no dejarlo ahí, sino también evaluar si lo que hemos hecho ha servido, no ha
servido o si ha ayudado a mejorar. Y a partir de ahí empieza el círculo de
nuevo, volvemos a pensar dónde estamos y qué podemos mejorar. Es importante
también que no sea una comunicación limitada a canales de comunicación, por
ejemplo un canal de comunicación interna como una revista, si estos no obedecen
a un objetivo que está por encima. La comunicación no debe limitarse a poner en
marcha canales e instrumentos, si no que deben obedecer a un objetivo que está
pensado y planificado, y es ahí donde puede verse el grado de efectividad de
los resultados.
«La filosofía del libro es aplicable
a otros centros del ámbito sanitario,
no sólo a hospitales»
-¿Las pautas que da en el libro pueden
aplicarse a otro tipo de centros sanitarios y asistenciales además de a
hospitales?
-Sí, efectivamente, está pensado para el hospital, porque
cuando haces un trabajo de estas características te conviene concretar un poco.
Pero es verdad que la filosofía que está en el libro, los principios, los
consejos y las pautas, son perfectamente aplicables a centros de salud o a
residencias. Es verdad que el centro de salud no responde a esa realidad de
ingreso hospitalario y que en la residencia ya tienes un ingreso un poco
distinto, que hay que plantearlo como convivencia. Pero la filosofía de fondo
sí es aplicable a otros centros del ámbito sanitario.
-¿En un hospital hay que comunicar todo o por la propia
naturaleza de la información, que en algunos casos es confidencial, debe haber
límites?
-Debería respetarse la intimidad de los pacientes porque es una materia
prima muy delicada. Lo que está por encima, en torno a lo que debe girar el
hospital, es la figura para la que ha sido creado: el paciente. Tiene que
respetarse la intimidad del paciente y ser transparente con los medios de
comunicación siempre que sea posible. Siempre que haya una información de
interés público, debe de transmitirse. Las limitaciones pasan después por eso,
por el respeto a la intimidad de cada uno de los pacientes.
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