Foto: ELISA ARROYO
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«La columna sigue estando de moda, pero ya no
ocupa esa primera línea de batalla de los años 80 y 90»
Existen pocos géneros periodísticos tan libres y completos como la columna. En ella cabe de todo, experiencias personales, humor, poesía, sueños, palabrotas... Todo, siempre que cuente con una buena estructura y esté bien cerrada por los dos lados: en definitiva, que arranque con una frase tremenda y termine de modo rotundo. Lo dijo uno de los maestros de la columna, César González-Ruano, y lo repitió otro, Francisco Umbral. Ha sido un género cosechado por periodistas y escritores en España, con profusión y buena pluma. Sin embargo, curiosamente, faltaba un estudio completo, actualizado y que incluyera toda la bibliografía y lo que se ha dicho sobre este artículo de escritor. El periodista y profesor de la Universidad de Sevilla Antonio López Hidalgo trata de llenar este hueco con La columna. Periodismo y literatura en un género plural, un estudio que aborda de forma amena y que se suma a los otros seis títulos publicados en Comunicación Social Ediciones. El libro está disponible en edición tradicional en http://www.comunicacionsocial.es como en formato eBook en http://www.librosdecomunicacion.com.
ocupa esa primera línea de batalla de los años 80 y 90»
Existen pocos géneros periodísticos tan libres y completos como la columna. En ella cabe de todo, experiencias personales, humor, poesía, sueños, palabrotas... Todo, siempre que cuente con una buena estructura y esté bien cerrada por los dos lados: en definitiva, que arranque con una frase tremenda y termine de modo rotundo. Lo dijo uno de los maestros de la columna, César González-Ruano, y lo repitió otro, Francisco Umbral. Ha sido un género cosechado por periodistas y escritores en España, con profusión y buena pluma. Sin embargo, curiosamente, faltaba un estudio completo, actualizado y que incluyera toda la bibliografía y lo que se ha dicho sobre este artículo de escritor. El periodista y profesor de la Universidad de Sevilla Antonio López Hidalgo trata de llenar este hueco con La columna. Periodismo y literatura en un género plural, un estudio que aborda de forma amena y que se suma a los otros seis títulos publicados en Comunicación Social Ediciones. El libro está disponible en edición tradicional en http://www.comunicacionsocial.es como en formato eBook en http://www.librosdecomunicacion.com.
-Usted ya había escrito otro libro sobre el género de la
columna, Las columnas del periódico, ¿qué aporta de nuevo La columna, el
libro que ahora publica?
-Las columnas del periódico lo publiqué en 1996. Fue mi
primer trabajo académico, el trabajo de
investigación previo a la tesis. En aquel momento era un género muy en boga y no había ningún trabajo sobre este género, de
ahí mi interés en hacerlo.
Precisamente en aquel año se publicaron otros dos estudios sobre la columna:
uno de Fernando López Pan, de la Universidad de Navarra, y otro, El artículo
periodístico, de Teodoro León Gross. Los tres estudios eran los primeros, pero
miraban la columna desde un punto de vista parcial, desde pocos ángulos. El estudio
que publico ahora es muy diferente. Se
puede decir que es mucho más global, más completo que todos los publicados
anteriormente, y además está realizado con una perspectiva de tiempo que nos
permite ver la columna desde muchos puntos de vista. El otro era una trabajo
pionero, pero todavía bastante parcial e incompleto.
-Por lo que dice, el libro La
columna es el estudio «más completo que existe hasta el momento» sobre este
género periodístico...
-Lo de más completo puede sonar
un poco vanidoso, pero puede considerarse el más completo en el sentido de que
es el último escrito sobre el tema y que incluye todos los trabajos que se han
publicado al respecto. Viene a ser un compendio y, desde ese punto de vista, el
trabajo más completo que se ha publicado.
«Un periódico necesita noticias documentadas,
entrevistas, reportajes, editoriales...
Pero si le falta la columna, le falta esa parte
de brillo, de lujo, que da un valor añadido a los medios»
entrevistas, reportajes, editoriales...
Pero si le falta la columna, le falta esa parte
de brillo, de lujo, que da un valor añadido a los medios»
-¿A quién va dirigido?
-El libro va
dirigido, obviamente, a estudiantes de Periodismo, a profesores, a periodistas,
a cualquier lector y también a todas aquellas personas interesadas en conocer
aquellos géneros fronterizos que campan a sus anchas en esa tierra resbaladiza
que une y separa periodismo y literatura. Son temas sobre los que se han
escrito bastantes estudios incompletos y
por los que crece el interés por investigar, ampliando nuevas
perspectivas.
-Usted apunta en el prólogo que ha querido escribir un
libro dinámico y de lectura amena, para lo que incluye muchos ejemplos de
columnas a modo de ejemplo.
-Aunque es un libro académico,
intento que tenga un lenguaje periodístico, ágil, y que sea de fácil lectura,
lo que no significa que baje el nivel del contenido, sino que pueda atrapar al
lector con el lenguaje, que pueda enterarse del contenido.
-También, ha pretendido abordar «una línea de
investigación relativamente novedosa»...
-En los estudios de los géneros
periodísticos que he realizado he intentado siempre ocupar vacíos o abrir
caminos donde a veces no los había. Es el caso del libro que publiqué sobre El titular. Solamente se había publicado en los años 80 un trabajo sobre el tema,
y no había ningún manual sobre el arte de escribir un título periodístico. En
el caso de los géneros complementarios, no había ningún estudio sobre los
formatos de lectura rápida, despieces, etcétera. Siempre he tratado de hacer
estudios sobre géneros poco estudiados y, en este sentido, La columna también
pretende entrar en un género bastante novedoso, a los que los manuales
clásicos, como el de Martínez Albertos, apenas le dedicaban un par de páginas.
«Desaparecerán muchos periódicos,
pero la prensa
escrita sobrevivirá.
Eso sí, tiene que encontrar su camino»
-La columna empezó a florecer en
España a partir de la Transición. ¿En qué momento se encuentra ahora este
género?
El libro está disponible en edición papel en www.comunicacionsocial.es y en eBook www.librosdecomunicacion.com |
-Comentaba que en 1996, cuando escribió Las columnas del
periódico, era un género que estaba de moda, igual que lo estaban las
tertulias o los debates. ¿La columna sigue siendo un género de moda en este
momento o ya pasó su época de esplendor?
-Sigue estando de moda, aunque
aquellos años fueran de mayor esplendor que ahora. La columna surge como un género que da una salida a lo que otros
géneros no te permiten. Los géneros informativos son géneros muy castrenses,
que tienen muchas normas y no te permiten explayarte en tu ego, en tu vida diaria,
en tus sueños. No te permiten utilizar una palabra soez o ser demasiado
intimista o grosero. La columna vino a llenar este vacío, y los primeros que
comenzaron a utilizarla fueron los periodistas, que necesitaban contar otras
cosas y hacerlo de manera diferente, de ahí que renueven tanto el lenguaje. Con
los años, las columnas se han hecho más educadas, no siempre tocan la
actualidad o la tocan de manera marginal. Siguen estando de moda, pero no
ocupan esa primera línea de batalla que ocuparon en los 80 y 90. Sigue siendo
un género muy leído, que le da calidad al periódico, y se siguen vendiendo
libros que son recopilaciones de columnas. Sigue estando de moda y se ha
impuesto, si no para siempre, para bastantes años, como un género necesario
en la prensa escrita, aunque no tanto en los medios audiovisuales y en la red.
-Es un género atractivo, por la libertad de temas y
estructura que confiere al columnista. Usted ha sido columnista, ¿es, quizá, el
género que más le gusta?
-Como periodista prefiero los
géneros informativos, porque creo que el periodista debe informar. Dentro de
ellos, el reportaje es el género más completo, donde el narrador muestra su
capacidad de contar las cosas, de poder documentarse, de mostrar la realidad
tal como es. O la entrevista, que es estupenda para mostrar el perfil de una
persona. Lo bueno que tienen los géneros
periodísticos es que se complementan unos con otros. Y la columna es el género
más personal. En la columna puedes
recurrir no sólo a destripar la realidad, sino contar tus sueños, cómo te ha
ido el día e, incluso, fabular e inventar; utilizar la palabra más soez, como
hace Arturo Pérez-Reverte, o darle un tono más intimista o de denuncia. Es como
un pequeño cajón de sastre donde cabe todo. Desde ese punto de vista, es un
género muy completo. Es el género en el que el ingenio es la regla principal,
el ingenio y la libertad. Pero también se complementa con otros géneros. Un
periódico necesita noticias bien documentadas, entrevistas, reportajes, editoriales...
Pero si le falta la columna, le falta esa parte de brillo, de lujo, que le da
un valor añadido a los medios.
«El periodismo profesional prácticamente
ha muerto; hoy se hace un periodismo
programado que proviene de
los gabinetes de comunicación»
ha muerto; hoy se hace un periodismo
programado que proviene de
los gabinetes de comunicación»
-El periodismo escrito atraviesa
un momento difícil; algunos auguran incluso el final de los periódicos en papel o, como mínimo, un cambio
profundo en la prensa y en los hábitos de los lectores, con un trasvase
importante de los mismos hacia los medios digitales.
-Aunque, desde hace muchos años,
se anuncie la muerte del periodismo impreso, no creo que sea tal. En los
últimos años se han publicado demasiados periódicos impresos, quizá porque la
red no era un vehículo que llegara a todo el mundo. No creo que el papel se
acabe nunca, lo que sí creo es que habrá menos periódicos, porque es
cara la impresión, el papel y la distribución. Es el mensaje que ha
llegado desde las propias empresas periodísticas y que todos hemos asumido como
algo natural y que va a ocurrir. Yo creo que la
prensa escrita seguirá, pero tiene que encontrar su camino, igual que lo tiene que encontrar internet, que es una revolución para la comunicación entre ciudadanos, pero no
es todavía un negocio. De momento el futuro de la prensa no
está en internet. La prensa sigue siendo rentable, es un negocio y lo seguirá
siendo, aunque algunos periódicos tengan deudas y les toque transformarse para
ser viables. Debe acudir hacia una información más contrastada, ofrecer textos
más analíticos y contar historias, que es lo que siempre ha hecho el
periodismo, y dejar las noticias del día para internet, la radio y la
televisión. De hecho, cada vez más, los periódicos intentan hacer dos productos
diferentes, en papel y en internet. Desaparecerán muchos periódicos, pero creo
que el papel sobrevivirá.
Al autor le gusta investigar sobre géneros poco estudiados, como ya hizo en El titular. |
-Dedica uno de los apartados del
libro al WEBLOG, más conocido como Blog. ¿Es el equivalente de la columna, tal
como la entendemos, en internet?
-La columna ha encontrado su
proyección en internet. Al ser un género tan libre y no estar sujeto a todos
los tecnicismos propios de los géneros informativos, lo puede practicar
muchísima más gente. La columna tiene algo bueno, lo decía Juan José Millás: es
un género que sirve para experimentar, en el que los escritores buscan nuevas
formas de expresión que después llevan a sus ensayos, a sus novelas, a otros
textos, tanto literarios como periodísticos. Es la rata de laboratorio sobre la
que se hacen muchos experimentos narrativos. Desde ese punto de vista, lo mismo
que no tuvo eco en radio y televisión, se está desarrollando en la red. Pero no, el blog no es el equivalente a la columna. El blog puedes utilizarlo para hacer columnas, pero puedes publicar una novela por entregas, reportajes... De hecho, en Iberoamerica hay muchos blogs dedicados a hacer reportajes o textos informativos.
-El debate sobre el futuro del
periodismo, la situación laboral de los periodistas y la precariedad laboral
que muchos de ellos sufren, está en la calle. Así que no puedo evitar pedirle su opinión, sobre todo teniendo en
cuenta que escribió sobre la precarización de los periodistas en el libro El periodista en su soledad, también publicado por la Editorial Comunicación
Social.
-Sobre esta situación he escrito bastante y no precisamente
ahora, sino hace 15 años, porque ya se veía venir. La crisis
económica lo que ha hecho es agravar el problema. Por una parte, las nuevas
tecnologías han hecho que todo se agilice y, al agilizarlo, que sobren
profesionales. El periodismo profesional prácticamente ha muerto. Hoy el
periodismo que se hace es un periodismo programado que proviene de los
gabinetes de comunicación de partidos políticos, sindicatos, instituciones, ONG's... Los medios de comunicación son unos intermediarios entre las
instituciones y los lectores. Los comunicados y
las notas de prensa llegan perfectamente redactados y apenas se modifican. Antes, cuando yo trabajaba en los medios, teníamos que
salir a la calle a buscar informaciones, a contrastarlas, a verificarlas...
porque, si no, no había noticias para llenar el periódico. Hoy las nuevas tecnologías han hecho que
las cosas se simplifiquen, pero también que la información esté menos
contrastada, sea menos profesional, que todos los periódicos se parezcan porque
las fuentes son las mismas. Estamos asistiendo a la muerte del periodismo
tradicional.
«El lector está demandando que le
cuenten historias, que es lo que siempre
ha hecho el periodismo tradicional»
cuenten historias, que es lo que siempre
ha hecho el periodismo tradicional»
El periodista en su soledad, un libro de López Hidalgo que aborda las consecuencias de la precariedad en el periodismo. |
-¿Hay alguna alternativa para que sobreviva el periodismo tradicional?
-Sí, muy fácil, volver a hacer
periodismo: buscar noticias, verificar la realidad, contrastarla... Algo que
apenas se hace o que se hace en un porcentaje muy bajo. Aunque yo estoy
convencido de que se volverá a hacer periodismo. Lo que pasa es que tenemos una
democracia en que no interesa ese periodismo tradicional; interesa que los
medios estén controlados, y ese control lleva a la precarización de los
periodistas, que es la mejor forma de coartar la libertad de expresión. Cuando un periodista no está para contar lo que le dicen, sino
para dudar de lo que le dicen y contrastarlo con otras fuentes. La objetividad
no está en la ética, sino en el método de trabajo. Pero para contrastar
necesita tiempo, muchas horas y dinero para vivir, y eso es lo que el mercado
no le va a dar.
-¿Y la gente pide este periodismo
tradicional, contrastado?
-El lector está demandando ese
periodismo, está cansado de que todos los periódicos y todos
los espacios informativos de los audiovisuales sean iguales, de ir a la red y
que no le aporte nada nuevo. Hoy que tenemos las mejores tecnologías para
comunicarnos mejor, es cuando las tecnologías nos dan la comunicación más
vacía. En internet parece que está todo, pero no hay nada. Tenemos medios, pero medios que no nos permiten
contar nada.
-¿La columna cierra un
ciclo dentro de los libros dedicados por usted a géneros periodísticos? ¿Está
trabajando ahora en algún otro libro?
-Hay un proyecto de libro sobre los géneros biográficos.
Se han hecho algunas cosas, pero muy poco, sobre la entrevista, la semblanza,
la necrológica, el reportaje biográfico, los diarios de personajes... géneros
que no se han estudiado o se han estudiado de manera parcial. Después me
gustaría hacer algo sobre dos aspectos muy interesantes. Uno, el periodismo
narrativo o periodismo informativo de narración, ese tipo de reportaje que nace
con John Hersey, en Hiroshima, o Truman Capote, en A sangre fría, el
antecedente de lo que después se va a llamar el Nuevo Periodismo
Norteamericano, que en realidad se hacía también en Iberoamérica. En España,
menos, porque coincidía con la dictadura. Curiosamente este periodismo está muy
en vigor en este momento en Iberoamérica.
-Igual es el futuro para
recuperar ese periodismo tradicional...
-Puede ser el futuro o una vía nueva y diferente de conseguirlo. En
cualquier caso, es muy curiosa. Los periodistas, aparte de trabajar
en un medio de comunicación, han creado revistas para publicar este gran
reportaje, de periodismo narrativo, que también publican en blogs, y que las
editoriales comienzan a demandar porque se vende muchísimo. De hecho, en
ocasiones supera en ventas al género de ficción. Mientras en América Latina
está en vigor, que es una vuelta al periodismo tradicional, en España no se
hace. Es como si estuviéramos descontextualizados. El segundo campo que me
interesa es el de los reportajes en clave de cómic, como los realizados por Joe
Sacco. Él se documenta, contrasta la información, hace fotos y, sobre esas
fotos, interpreta la realidad con dibujos. Ahí hay una vía abierta que no sé hasta donde
llegará, pero que es muy interesante. Son alternativas, otro tipo de periodismo y de dar respuesta a lo que busca el lector: que le cuenten historias que no aparecen en los medios.
El periodismo es una disciplina eterna. No hay ni viejo ni nuevo periodismo. Muchas veces el problema está en "los periodistas" A partir del momento en que el profesional deja de ser objetivo en su redacción y agrega condimentos de subjetividades pierde un poco la escencia auténtica del periodismo que siempre tiene que ser REAL. Narrar la verdad. En los últimos 20 años asistimos a un deterioro de la función periodística en función a las necesidades de los grandes medios que emplean esos profesionales. Y dentro del Periodismo en particular la prensa escrita nunca se va a agotar desde que el hombre de prensa esté capacitado para una narrativa veraz, literaria y fundamentalmente con aporte de una creatividad personal. El pùblico lector está cansado de leer en todos los medios la misma noticia, y le agradaría una competitividad que justamente determine la elección que hará ese lector por el mejor material. Si se hace necesario una permanente actualización y capacitación del hombre de prensa y entonces será válido hablar de un n"nuevo periodista" y no de un "nuevo periodismo"
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